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sábado, noviembre 01, 2008

CAIDA LIBRE

CANSADA DE CONTENER


AGOTADA DE CONTENERME


ESTOY LISTA PARA SALTAR AL VACIO


¿QUIEN QUIERE SER MI RED?

lunes, septiembre 15, 2008

estoy muerta
no siento nada
la vida pasa por mi lado, no me mira, ni yo la miro a ella
estoy muerta
no siento nada

miércoles, julio 30, 2008

Cero exigencia

Quien dice vivir el momento se cree cool
Quien cree tener su vida controlada se cree seguro
Y quien como yo, no hace ni lo uno ni lo otro, se siente menos bacán y más inseguro, pero afortunadamente feliz.


No es fácil ser mariposa
Ser frágil, estacionaria, fugaz y finita
.
.
.

jueves, julio 17, 2008

El ambiguo que está en mi cambia de opinión todos los días.

miércoles, julio 09, 2008

La vida te da sorpresas...

Me encanta que la vida me sorprenda, me tome de improviso y cambie violentamente el curso del día, la semana o quizás la vida. Me gusta creer que cada día tiene su afán, y que ese mismo viene cargado de innumerables y a veces imperceptibles detalles que cambiaran mi mirada, conflictuaran mi corazón y harán temblar y vibrar mi cuerpo.


Pero a veces, las sorpresas son tan, tan… como decirlo, tan increíblemente sorprendentes, valga la redundancia, que pueden dejarte en shock, incapaz de reaccionar. Te cuesta horas, días y noches enteras entender lo que está pasando. Pasas días completos incapaz de digerir la información, intentando organizarla en tu disco duro, darle forma y contenido y aún así, sigue agitando tu pecho, causándote miedo, ansiedad, y no importa cuan intensamente intentes racionalizar, tu porfiado corazón sigue sintiendo miedo.

Miedo, miedo que paraliza. Entonces esa maravillosa sorpresa, se convierte en una pequeña pero deliciosa tortura. Comienzas a autoflagelarte, y mientras más te asusta y duele, más te gusta, más te falta, más la necesitas. Y así, el circulo se hace internaminable, inagotable, infinito…pero exquisito.

Bienvenido al perverso, pequeño, dulce, sorprendente y masoquista mundo de Daniela.

viernes, junio 27, 2008

Positivismo

Todas las micros me sirven…
Todos los caminos llegan a Roma…
Todos los hombres me gustan...
Todos los lugares comunes y frases clichés alivian el dolor
Me aferro a ellos desesperadamente, olvidando y renegando de mis años de cultivo
Me entrego a la vulgaridad para encontrar paz
Pisoteo mi educación y confío mi alma a las estrellas, al horóscopo del diario, al tipo que lee el tarot por luca en la esquina.
¡Que importa y que más da!
Todo sea a cambio de un poquito de felicidad

domingo, junio 22, 2008

SABIDURIA POPULAR


SE DICE POPULARMENTE

"UN CLAVO SACA A OTRO CLAVO"

EN MI CASO MAS BIEN ES
"UN PERRRO SACA A OTRO PERRRO"


BIENVENIDO ROQUE

martes, junio 17, 2008

LA VIDA NO PARA, NO ESPERA, NO AVISA
... POR SUERTE

miércoles, junio 11, 2008

POCKET VERSION

SOY SHIQUITITA
TAN SHIQUITITA
QUE AUNQUE ME ESFUERZO,
ME ESTIRO, ME EMPINO,
SALTO, GRITO, LLORO Y SUPLICO
NO LOGRO ESCAPAR DE TU FANTASMA

...Y AUNQUE QUEPO EN UN BOLSILLO

NI AÚN ASÍ LOGRE QUE ME LLEVARAS CONTIGO

lunes, junio 09, 2008

LIMITES DADOS

No hay fronteras de realidad
No existe el ojo que te supera
No existe razón que te limite
Solo eres tú y yo libres,

Para llorar, matar, creer u odiar.
Nadie nos dirá que hacer
Nadie nunca más sabrá que hay y que no hay que hacer
Solos tú y yo
Todo, todo por correr

miércoles, junio 04, 2008

Autoboicot

Cada día te veo aparecer en este lugar y creo que nuestro compromiso renace y vuelves a mí con esa cara que en sueños toco, miro y sonrío. Y a veces aunque no lo creas te espero junto a la ventana, porque yo mejor que nadie se, que nadie sabe cuando vienes. Y te espero, y te quiero, y te odio. Y todo se confunde por momentos, amor, odio, dolor; y mi cuerpo se agota, se cansa de ti y de todo lo que tú traes. Y es ahí cuando creo estar libre de ti, reniego de mi amor y escupo al cielo por un nunca más. Pero entonces me alejo de la ventana con temor, con esa horrible certeza, reconociendo mi mentira, mi absurdo engaño, para comprobar una vez más, que no hay espera demasiado larga para mi alma, y que no importa cuanto te tardes, aquí siempre te estaré esperando.

jueves, mayo 29, 2008

Por un lado el amor y por otro el desamor;

y yo disparando siempre en la dirección

equivocada.

martes, mayo 27, 2008

Metrómana

Me encanta el metro, a pesar de su alta congestión post transantiago, no sólo me fascinan sus ventajas como medio de transporte, su rapidez, exactitud, limpieza. Me encanta el metro, porque puedo mirar a la gente y dejar que ellos me observen con libertad. Me entretiene a rabiar ver caras y desentrañar adonde van, donde trabajan, saber si están alegres o tristes.
Me gusta el metro porque casi todos los días me enamoro de un hombre distinto y hago de mi camino posterior una fantasía acerca de aquel individuo que con certeza jamás volveré a ver, fantasía que se acabará una vez que cruce el umbral del lugar a donde me dirijo. En el metro coqueteo descaradamente, total que más da, en la próxima estación se abrirán las puertas y yo desapareceré entre la gente que sube las escaleras, pero el sólo hecho de pensar que haya dentro del tren quedó alguien pensando en mi, en donde me dirigiría o a que me dedicaba, hace del viaje en metro, una aventura día a día.
Así que cada mañana y tarde me preparo para subirme al vagón, busco ubicaciones privilegiadas dependiendo de mi humor, si quiero coquetear lo mejor es ubicarse en una esquina y desde ahí lanzar esas miradas cortas, que en el momento en el que se crucen con el objetivo harán encender alarmas. Si mi intención es más analítica me gusta pararme en el centro donde está el fierro, desde ahí se puede observar en todas direcciones y descubrir que se trae cada pasajero. Si el carro va muy lleno miro haca abajo y observo los zapatos, el juego consiste es saber como será el propietario a partir de sus zapatos, es como “dime con que andas y te diré quien eres”, es una actividad bastante predecible, pero me he llevado grandes sorpresas.
Lo único que no me gusta del metro es cuando la gente habla. Allí se acaba la magia, ya no puedo imaginar más, el ruido rompe la ensoñación y se termina la fantasía, golpeada por knock out por la realidad. No saben lo triste que puede ser escuchar que el tipo guapo al que le lanzaste miradas durante 10 estaciones tiene una horrorosa voz de pito o que la mujer que imaginaste sobria e inteligente abra la boca para comentar pavadas, o peor aún escuchar los archirepetidos lugares comunes sobre los males y defectos del Transantiago, y a la gente quejándose incansablemente.
Me fascina el metro, la posibilidad de observar y ser observada, que me miren y especulen sobre mi persona. Me gusta pensar que soy un objeto de estudio, al igual que para mi lo son casi todos los pasajeros, siempre y cuando no hablen, ni huelan mal.

lunes, mayo 26, 2008



Fresca, viva, esperanzada,

un poco adolorida y machucada,


pero entera,


pero yo,


por fin Daniela,


por fin…



viernes, mayo 23, 2008

El sol sobre las montañas sale casi furioso, imponente, con ganas de golpear, de golpearme, pero yo, me escondo, lo evito. Como si pudiera… como si el miedo pudiera esconderse, disimularse. Se me nota. Lo grito sin abrir la boca. Y el sol arriba asiente, sabe y calla. Todos callan. Necesito ruido, voces, sonrisas, palabras al oído. Los silencios me persiguen. Antes me gustaban, ahora me hastiaron. No puedo más necesito reir, reir, gritar y cantar, no llorar más. Que se acaben las lágrimas en este cuerpo. Que surja el viento, la música, la abundancia, la risa, el hablar sin parar, pero sin juegos. Quiero risa, música y palabras que contengan verdad absoluta, aunque esta no exista, igual que yo cuando comencé a escribir hoy...

jueves, mayo 22, 2008

Podrías creer y todo sería más fácil,

creer que si existe esa mano

creer que el sol siempre sale detrás de las nubes

y que igual que todo parece nublado...

pero suerte que a veces LLUEVE

miércoles, mayo 21, 2008

DEMASIADO VIVA

PERDER EL MIEDO
DEJAR DE SENTIR
ANULAR LA EMOCIÓN
DESTRUIR EL SUEÑO
PARA TERMINAR POR MATAR EL RESPIRO
ESE QUE INICIO ESTE CICLO.
LLEGAR A UNA TREGUA
VOLVER A LO COTIDIANO
ENCONTRARME, ENCONTRARTE
AHORA DE OTRA MANERA
ENVUELTO EN OTRO PAPEL DE REGALO
QUE YA NO ME PERTENECE
Y ASI, Y TODO, SEGUIR ADELANTE
FRESCA, VIVA, ESPERANZADA
GUARDANDO PARA MI TODO LO QUE TE QUISE
ES MIO, ALGUNA VEZ FUE NUESTRO, AHORA SÓLO MIO
NO ME SIRVE, PERO QUE IMPORTA, SIGO VIVA,
ASUSTADA, PERO VIVA
EL AMOR SE ME ESPANTA, SE ME ARRANCA.
YA NO IMPORTA, YO ME QUEDO, GUARDO FUERZAS, ME PREPARO.
LA PROXIMA VEZ NO SE ME ESCAPA
LA TREGUA PUEDE SER LARGA.
PERO YO, VIVA Y TODA, NO TENGO NADA QUE PERDER
Y TODO POR GANAR
DE AQUI NADIE ME MUEVE SIN AMOR,
SIN LA DULCE CERTEZA DE QUE EL MAÑANA SE CONSTRUYA DE LA MANO,
DE UNA SONRISA,
DE CUALQUIERA QUE MEREZCA SER AMADO.

viernes, mayo 16, 2008

La ciudad del hombre triste

La ciudad es como ya varios lo han dicho lo que nosotros mismos hacemos de ella, por eso si un día despertamos y el corazón se nos llena de fuerza y alegría, la ciudad se torna más bella y luminosa, más amable y más vivible, más propia y más humana. Sin embargo, la ciudad del hombre triste es tan gris como su pena. No importa cuan fuerte brille el sol afuera, y caliente el cuerpo de un viejo sentado en una plaza, o anime y acompañe los juegos de niños en un parque, o incluso si llueve humedezca nuestros resecos suelos, alivie nuestro aire o nos haga refugiarnos en compañía junto al calor de alguna estuf La ciudad de quien sufre, es el fiel reflejo de su pena,de la agonía que vive diariamente. Para el doliente, la ciudad es más que el espacio en el cual vive su dolor, es el escenario implacable que lo hacer constatar día a día que su pena sigue ahí y no desaparecerá de un plumazo. Así como la ciudad no cambia violentamente, ni aparecerá un edificio en una esquina de un momento a otro, el sufriente se enfrenta cotidianamente al continuo escenario que lo rodea, nada cambia a su alrededor y menos en su interior. En la ciudad el hombre triste se siente aún más solo, las caras son todas desconocidas y ningún rostro parece amigable o capaz de apañar el tormento.
El exterior y la gente se transforman en un pequeño enemigo que es preferible no mirar, entonces el hombre triste evita ver la ciudad, es capaz de encerrarse, de bajar el rostro mientras camina con tal de no ver la insensible mirada de los otros. Los lugares que solía visitar antes de ser desgarrado por la pena, ahora son solo hitos de desconsuelo y desolación. La ciudad lo atemoriza. Teme encontrar en cada esquina, calle o casa una reminiscencia que lo regrese a la agonía y por eso mira el suelo, para no ver lo que hará que su pecho vuelva a apretarse y su estómago a revolverse. El hombre triste no ve a los niños jugando en la plaza, sólo escucha gritos y le molestan, no ve a los viejos al sol, piensa que son gente abandonada a su suerte, no ve a las mujeres embarazadas que caminan orgullosas con sus panzas por la calle, piensa que debiesen estar en casa descansando, no ve a los hombres y mujeres que caminan encarando a la ciudad con alegría, piensa que es imposible caminar con tanta gente, no ve a los jóvenes que caminan escuchando música y su paso se hace más ágil y amable al compás del ritmo, piensa que están atrasados, que no viven aún en el mundo real. Cuando se pierde el sentido de la vida, todo lo que nos rodea se vuelve fútil, inservible e invisible.

Por eso el hombre triste se esconde, rechaza el que antes fuese el escenario de su vida, la ciudad más bella se convierte en la realidad más implacable de su martirio, y es que la ciudad ignora su desgarro y sigue funcionando impávida e insensible a su agonía, no interrumpe su paso para abrazarlo y acogerlo como el quisiera, sino que continua su camino sin detenerse, al menos a compadecerlo. Y el hombre triste quisiera salir y gritarle que se detenga, patearla e insultarla, para finalmente rogarle que venga y lo abrace, que le diga que mañana brillará para él y le mostrará cada rincón de ella donde la vida y la felicidad se expresan y se abren paso. Pero la ciudad no para, esta viva pero no para, sigue en su constante movimiento, porque sabe que tarde o temprano ese hombre triste abrirá su ventana mirará la esquina y descubrirá algo que nunca antes había visto, entonces perderá el miedo y saldrá a la calle, mirará a la cara a los transeúntes y descubrirá en cada uno de ellos una razón para estar vivo. La ciudad del hombre triste es sabia y no se detendrá a compadecerlo o llorar junto a él, lo acompañará silenciosa y fielmente, lista para el día en que el pierda el miedo y vuelva a verla, tan viva, tan esperanzada, y tan cálida, como alguna vez estuvo su corazón.

viernes, mayo 02, 2008

Estoy cansada de esta luz sobre mi cabeza
cansada de la búsqueda inagotable
cansada de caminar, hablar y despertar sola
cansada de imaginarte y aún así no poder verte
cansada de creer encontrarte y de confirmar, una vez más, que me he equivocado


miércoles, abril 30, 2008

De tu ausencia o como sobrevivir Concepción sin ti (Parte 2)

22 y contando...
La sobrevivencia ha sido realmente extrema, me he sentido al borde del abismo varias veces pero he logrado reponerme. Sin embargo, el alivio es tan sólo pasajero, la ciudad sigue evocando mil ideas, olores e imágenes en mi cabeza. Me veo llegando a tu casa y oyendo a la Almendra ladrar mientras baja desde tu pieza, siento el frío profundo de tu casa y el olor a parafina, huelo ese cubrecama con olor a perro, humedad y a ti, donde nos sumergimos al fondo del mar tantas veces, para sólo ascender a comer algo rico que tu mamá preparara.

No, yo te amo, te amo en cada cuadra y calle de esta ciudad, y en las miles que recorrimos juntos, te amo con tal intensidad que creo que la vida se me irá en amarte. No logro concebir la vida sin ti.
Y casi como un aviso la ciudad se ha nublado hoy, miro por la ventana y ya no puedo ver la otra orilla del rio, entonces siento que es como si te escondieras, como si una densa nube tapara tu rostro y trajera la noche. Me agita el pecho no verte, no sabes cuanto te extraño y de pronto una señal, tu al teléfono, para decirme ¿que? algo que mi confusa cabeza no logra entender. Si me respondes o no? Has lo que quieras y sientas, que de mi hace ya un buen rato que dejaste de preocuparte. Temes responder una pregunta simple, y vuelvo a no entender o a no creer. Jamás te amarán como yo lo hago.
¿Como es posibles que deseches este amor? ¿Donde me quedé en tu corazón?
A veces creo que la palabra amor te queda grande
Lloro una vez más, y las lágrimas parecen no agotarse en este cuerpo marchito. Correría a buscarte, correría y te tomaría de las piernas para que no te escaparas, me arrodillaría y suplicaría frente a ti a por tu amor, lloraría y te repetiría mil veces mas te amo. Haría lo que fuera por tenerte a mi lado, porque volvieras a tomar mi mano, por volver a ser tu mujer.
Y es que, yo no he soltado tu amor y aún sigo extendiendo mi brazo para alcanzar tu mano, mi brazo sigue firme, sin vergüenza o dignidad, añorando tu mano, soñando con tu amor.
Ya no me queda fuerza, la ciudad brilla luminosa al otro lado y yo descubro una vez más tu rostro, ese rostro de ti hacia mi. Lo miro y vuelvo a la letanía "te amo" te digo, tu rostro calla, pero arroja una lagrima.
Yo no se si tu me lloras pero se que tu corazón me extraña. Concepción también nos extraña, por eso me pide que me marche y que vuelva contigo, pero nunca más sola. Y yo en 21 horas más responderé a su pedido.

martes, abril 29, 2008

De tu ausencia o como sobrevivir Concepción sin ti (Parte 1)

Siempre ha sido difícil venir a Concepción, la angustia me apreta el pecho y hasta antes de poner un pie fuera de la casa aún estoy preguntándome ¿no será mejor que me quede? Me cuesta volver a este terruño, extrañas circunstancias hacen que el temor me embargue cada vez que emprendo rumbo en esta dirección, sin embargo aquel miedo, una vez aquí desaparece y me parece un tremendo absurdo aquel temor previo, pero aun así y sin embargo mi recapacitación una vez en tierras penquistas, el ciclo sigue repitiéndose una y otra vez en cada viaje que me trae hasta aquí.

Ayer, afortunadamente no tuve posibilidad de escapar y la presencia del Negro me obligó a hacerme la valiente y poner mis dos patitas y humanidad sobre un siempre querido pero vilipendiado Eme Bus. Cuando aún esperaba en el andén revisé los boletos y recién ahí caí en cuenta de mi autómata compra y recordé el asiento 32, Una pena extraña me embargo. Durante el viaje, no fui capaz de hablar mucho, mi pecho estaba apretado y mis palabras cohibidas, pero una vez que iniciamos el descenso desde el peaje, descubría porque hacia mas de 3 meses que no quería volver a esta ciudad. Fue cuestión de segundos en que mi garganta se apretó y sentí ese incontrolable nudo que cristaliza tus ojos, e inclina el rictus de tu boca. Mil imágenes se vinieron a mi cabeza, miré al Negro y entre pucheros le dije "no quiero llegar" "Pero negrita como no vamos a llegar si ya estamos aquí!" "No quiero llegar al terminal" refuté y me largue a llorar. Y recordé esas mañanas heladas en las que madrugabas feliz contar de ir a buscarme, y a mi se me apretaba el estómago de sólo ver tu auto al doblar al ingreso del terminal, esos abrazos eternos al encontrarnos y esos abrazos ansiosos al despedirnos, te vi junto a mi viejo agitando las manos desde el andén y después tirándome besos desde la calle. Y yo siempre sentada en el asiento 32 igual que ayer, sólo que ayer no estabas tú.

El camino ha casa se hizo eterno, por salud no mire al pasar por carrera, pero si mire y recordé la esquina (Carrera/Lincoyán) en que te esperé ansiosa para nuestra primera cita. Luego se vino el puente, el rio, la entrada de mi casa, mi pieza o lo que aún queda de mi en ella, y ya como es costumbre, tan sólo al cruzar el umbral de la puerta, lloré otra vez. Me vi escuchando el ruido de un motor y el sonido de una alarma o la bocina de caballo para brincar y asomarme por la ventana de triángulos para asegurarme que eras tu, para luego correr veloz escaleras abajo a abrir la puerta sin que siquiera hubieras tocado el timbre.
¿Se puede amar así otra vez? ¿Con esa misma intensidad?

Llevo tan solo 15 horas en Concepción de ellas he dormido 8 y las otras 7 las he pasado básicamente pensando en ti, en tu casa, tus amigos, nuestros encuentros, nuestros callaos después de almuerzo, uff tantas cosas. Sin duda sobrevivirte las próximas 52 horas que aún me restan por acá serán difíciles pero me he apertrechado bien y evitaré zonas peligrosas de alto potencial nostálgico.
Como una forma de castigo he enviado las lluvias a Santiago y aquí brilla un día soleado, tibio y húmedo típico de las orillas del Bio Bio.

Sentada junto a la ventana de mi cuartito de infancia veo el rio luminoso y pleno, mientras el sol calienta mis manos que escriben ansiosamente en el computador. La vista es única e incomparable, tan penquista que emociona. El valle central con sus grandes pastizales y su tecnología de punta jamás tendrá la capacidad de emocionar y evocar como estos parajes.

Resulta paradójico pensar que los dos abandonamos esta ciudad con una sola certeza, no volver a ella. Sin embargo gran parte del guión de nuestro amor, ese que no alcanzamos a terminar ni contar a nuestros hijos, ese que habría sido un gran best seller, que nos habría dado, oscares, palmas y globos de oro, y entregado el mejor regalo que soñamos: una familia, fue escrito aquí, a orillas del Bio Bio, pero para ser vivido lejos de él.

Ya verás como también te costará sobrevivir esta ciudad sin mi y volverás a extrañarme.

TE AMO

PD: Manda mantas que el frío sin ti cala los huesos.

sábado, abril 05, 2008

Para no creer más en la poesía

En un abrir y cerrar de ojos, aquello que fue mío por mucho tiempo, ya no lo era. Mi limitada capacidad cognitiva por mas que lo intenta no logra, ni comprenderlo, ni asimilarlo. Azoto mi cabeza contra la pared, como queriendo generar un surco por donde aquella infalible verdad ingrese, y se instale en mi porfiado entendimiento. Finalmente, a regañadientes, entra. Busca con poco afán un espacio donde ubicarse, Se acomoda, mira a su alrededor, reconoce algunas caras, pero percibe en sus actitudes algo extraño, como si no quisiesen mirarlo a la cara, evitándolo, a todas luces, ignorándolo. Cuando consigue superar la indiferencia que le rodea, comienza la dolorosa travesía ¿tuyo, mío, nuestro?, ¿de quien? Incluso yo ¿a quien pertenezco? Recuerda haber escuchado miles de veces ¿Quién es tu hombre?, ¿Dónde está mi mujer? Y vuelve a preguntarse ¿tuyo, mío, nuestro?
¿En que momento ese algo fue tuyo o mío? ¿En que momento entregaste tu esencia a un otro y creíste poseer la de él?, ¿Cómo pudo existir propiedad sobre algo tan intangible? ¿Cómo pudiste creer que eso último que tenemos, eso único que finalmente nos pertenece, eso que jamás nos dejará u olvidará: nosotros mismos, podía ser cedido, entregado, regalado, incluso envuelto en un hermoso papel, aunque a ello lo acompañaran la mas verdadera de las intenciones? Nadie puede regalarse, nadie puede por mas que su ser se lo pida, entregarse a si mismo, entregar lo único que tendrá por siempre, puede creer que lo hace…¡Pero no! No es posible, no es posible aplacar tu luz para iluminar la de otro, entregar tu esencia, porque no existe el vacío en el ser, porque sin esa luz ya no serás nada, nada más que un cuerpo bello pero vacío.
Creí tenerlo, creí cederlo, pero hoy, embarrada en el dolor, descubro al menos este pequeño consuelo. No fuiste mío, no fui tuya, jamás serás de nadie…